miércoles, 25 de noviembre de 2009

Todos tienen un amor.


Todos alguna vez tuvimos un gran amor, ese amor que nunca vamos a olvidar, ese amor que para bien o para mal nos marcó. Ese amor pudo haber sido correspondido o no, pero en nuestro corazón estuvo, y nunca lo vamos a olvidar, el amor de nuestras vidas. Los amores adolescentes, que espontáneos que son, son los amores más fuertes, son los amores más intensos, a todo o nada. Hoy en día no se cree en ellos, todos dicen que es para pasar un rato, pero les sorprendería como pueden a llegar a no terminar esas historias. Ya las frases amorosas son repetitivas, ya son poco originales, el "te amo" perdió su valor y su importancia. Los empresarios utilizan este sentimiento humano para comerciarlo para sus ganancias, San Valentín por ejemplo. El amor no tiene que ser un comercio, no seria amor sino. Todos tienen su media naranja y no va a llegar porque uno mande "amor" al 2020. Estos amores que llegan sin que uno lo busque son esos amores que se quedan para siempre, esos amores que nunca vas a olvidar y de los que vas a aprender de cada golpe y cada risa. Esos amores son los que uno tiene que esperar, lo amores del destino. Podríamos decir que "El tiempo es demasiado lento para aquellos que esperan, demasiado rápido para aquellos que temen, demasiado largo para aquellos que sufren, demasiado corto para aquellos que celebran, pero para aquellos que aman, el tiempo es eterno". Henry Van Dyke. El amor es la causa de nuestra vida, vivimos para tenerlo y vivimos para disfrutarlo. Nadie puede vivir sin él y nadie se queda sin haberlo experimentado.

Guadalupe Reynoso.

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